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Este domingo tocó participar en la Maratón de Barcelona. Una prueba espectacular, por el recorrido, el número de participantes y el ambiente que se respiraba.
Salí a un ritmo conservador, para intentar evitar el típico bajón de los últimos 10km, que es dónde se sufre de verdad. Así que me mantuve a un ritmo de 5,5/6 min el km. Iba sobrado de fuerzas, pero no quería repetir la experiencia de mi primera maratón en el 2003 (Marató d'Empúries) en que salí demasiado fuerte y al final lo pagué.
Hasta el km 30, todo bien. Iba a un ritmo con el que calculaba acabar en 3:50 aprox. Pero a partir del km 33/34, me entró el típico bajón y me quedé literalmente KO. Se repitió la misma historia... Bajé el ritmo considerablemente, a 7 y pico el km. De capacidad aeróbica y pulsaciones iba bien, a 135/140 ppm, pero de piernas, fatal. Tenía los abductores cargadísimos y la rodilla izquierda me empezó a doler bastante. Ya lo pronosticaba antes de empezar, puesto que desde hacía dos semanas que tenía molestias.
En el km 35 se me pasó por la cabeza abandonar, pero me borré rápido de mi mente ese pensamiento. Me enchufé un gel (el último de los cuatro que tenía) y seguí con mi via crucis.
Al final, llegué con una marca de 4h04min49sec. Que es una mejora respecto al 2003 (4h39min) pero que no me ha dejado un buen sabor de boca. Puedo decir que casi me encontré mejor fisicamente en la maratón del Ironman de Lanzarote, que a pesar de ir más lento por razones obvias, no me encontré con las piernas y rodilla tan machacadas como esta vez.
Como moraleja, está claro que para hacer una Maratón tienes que haber hecho tiradas largas (más de 25km) entrenando. No vale con entrenamientos de hora u hora y cuarto y competir en medias maratones. No es lo mismo. En este caso, doble de km no significa doble de esfuerzo. Es muchísimo más.
Pero al margen de estas penurias físicas, he disfrutado muchísimo. Un recorrido increíble, recorriendo toda la ciudad y con un ambientazo tremendo. Es de agradecer los ánimos que te va dando la gente. Incluso gente que no conoces, que lee el nombre de tu dorsal y te anima como si fueses su mejor amigo!.
La verdad es que se agradece muchísimo encontrarte a caras conocidas en el público. Puede parecer que pasas de todo, porque vas corriendo, medio grogui y casi no miras al que te saluda, pero realmente es una de las cosas que te dan más fuerzas para seguir corriendo y acabar.
El 2011 repito.